Si la vida fuese fácil no seríamos tan felices cuando somos felices. Si fuese fácil las tristezas no pegarían tan adentro. Hoy bebo güisqui, el color amarillento cubre el fondo del vaso y reflexiono sobre lo que dejé atrás y lo que me queda por delante.
Buscaré la felicidad fuera de las barras del bar. Aunque me cueste mi alma.
Como dice Quique, trucos fáciles para días duros.